Nicolás era ...
mas viejo que el pecado, y su barba blanca no podría crecer. Él quería morir.
Los nativos enanos de las cavernas árticas no hablaban su idioma, pero conversaban en su propia lengua, cantaban, llevado a cabo rituales incomprensibles, cuando ellos no estaban trabando en la fábrica.
Una vez cada año el era obligado, llorando y protestando, en noche sin fin. Durante el viaje se ponía de pie cerca de todos los niños en el mundo, dejaba uno de los invisibles regalos de los enanos al lado de la cama. Los niños dormían, congelados en el tiempo.
Envidiaba Prometeo y Loki, Sísifo y a Judas. Su castigo era mas severo.
Ho.
Ho.
Ho.
Neil Gaiman
No hay comentarios:
Publicar un comentario